Paula, de escasos 12 años, visitaba por primera vez al optómetra era algo extraño para una niña tan pequeña tener que ir a que le examinen los ojos cuando apenas comenzaba a vivir y a poder observar las alegrias y tristezas que la vida trae con ella, el optemetra le diagnosticó miopía en ambos ojos.
- Sientes que no puedes ver bien de lejos, Paula. - dijo el doctor.
- Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
- Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
- Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas a veces ni siquiera alcanzo a distinguir a mis padres ni a mi perrito tampoco puedo ver bien a mis compañeros, ni observar de lejos el amanecer, el atardecer,los paisajes, la naturaleza; las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece tan confuso ademas me atraso mucho en clases ya que no alcanzo a mirar el tablero las letras se me hacen invisibles y por ello no entiendo algunos temas me esta hiyendo mal por eso- afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría no entendia por que siendo tan joven tenia que pasarle esto se suponia que solo debia preocuparse por descubrir la vida y jugar con sus amigos.
- Bueno, para esto hay solución, te formularé unos lentes de acuerdo a tu problema, para que los utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor. dijo el doctor.
- Sí, se me dificulta mucho hacerlo.- afirmó Paula
- Te sientes muy mal por esto, verdad ?- dijo el doctor
- Sí, lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia el rostro de algunas personas a veces ni siquiera alcanzo a distinguir a mis padres ni a mi perrito tampoco puedo ver bien a mis compañeros, ni observar de lejos el amanecer, el atardecer,los paisajes, la naturaleza; las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece tan confuso ademas me atraso mucho en clases ya que no alcanzo a mirar el tablero las letras se me hacen invisibles y por ello no entiendo algunos temas me esta hiyendo mal por eso- afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría no entendia por que siendo tan joven tenia que pasarle esto se suponia que solo debia preocuparse por descubrir la vida y jugar con sus amigos.
- Bueno, para esto hay solución, te formularé unos lentes de acuerdo a tu problema, para que los utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor. dijo el doctor.
Pasados unos días, Paula, volvió nuevamente donde el doctor para reclamar sus lentes nuevos, y al colocárselos miró sorprendida por la ventana de aquel consultorio.
- Oh, qué maravilloso!, por fin puedo ver !
- Oh, qué maravilloso!, por fin puedo ver !
El doctor orgulloso por la labor cumplida, le pregunto:
- Qué observas Paula ?
- Veo todas las cosas como son realmente, puedo distinguir el rostro de las personas, veo los bellos colores de las flores, puedo leer a largas distancias, pero lo que más me gusta es que puedo ver más claro mi horizonte y ya no es confuso como antes ahora me ira bien en el colegio se que comenzare a ponerme al dia, ya no me atrasare y sacare las mejoras notas.
- Qué observas Paula ?
- Veo todas las cosas como son realmente, puedo distinguir el rostro de las personas, veo los bellos colores de las flores, puedo leer a largas distancias, pero lo que más me gusta es que puedo ver más claro mi horizonte y ya no es confuso como antes ahora me ira bien en el colegio se que comenzare a ponerme al dia, ya no me atrasare y sacare las mejoras notas.
Así como Paula habemos muchos que tenemos enfermos los ojos del alma, del corazón, tal vez con el mismo diagnostico de la "miopía espiritual", la cual nos ciega, y no nos permite ver mas allá de nuestros problemas y dificultades.
Por eso, el mejor médico del alma es Dios, que con su amor y su paciencia, nos da la bendición de su espíritu y una nueva forma de ver las cosas.
Si tu horizonte lo ves opaco por las desesperanzas ocurridas, si las personas te defraudan porque no puedes distinguir sus verdaderas intenciones, si pareciera que no vieras el peligro que hay a tu alrededor, si todo es tan confuso, si no miras el futuro con optimismo y tenacidad, si no sabes quién eres ó cuánto vales y por eso no distingues la luz que hay dentro de ti, por lo borroso que están tus ojos de llorar y de sufrir por los fracasos, entrega tu vida a Jesús , el mejor médico que puede darle "lentes a tu alma" para que ya no andes entre oscuridad ni tinieblas, con temor de tropezar y golpearte con algo, solamente Dios puede ayudarnos a ver las cosas con claridad y esperanza solo El conoce nuestro futuro y las grandes bendiciones que tiene para nosotros, es cuestion de acercarse y permitir que sea la lumbrera del camino como el pastor que guia a sus ovejas en medio de la noche a traves de la luz inacesible que iradia.